viernes, 31 de diciembre de 2010

5-0 (Versión baloncesto)




Últimamamente, el aliciente principal para ver un Barça-Madrid, de baloncesto, consiste en acertar la diferencia de puntos que habrá entre ambos equipos. En lo que respecta a la victoria el consenso está casi asegurado, de los últimos diez enfrentamientos el balance es de 9 a 1 para los azulgranas.

Este año parecía que iba a ser distinto. El segundo año de la era Messina, el primero acabó con las manos vacías, empezaba de forma opuesta al anterior. Esta vez  Carlos Suárez, el "Ricky" del mercado estival de este año, se decantó por fichar por el Madrid y obviar la oferta del Barcelona. Además, Sergio Rodríguez, quién le mandaría ir tan pronto a la NBA y quién le mandaría volver tan tarde de ella, reforzaría la posición de base y D´or Fischer, un excelente pivot que combina la intimidación en la zona con un movimientos al poste bastante interesantes, abandonó el Maccabi para engrosar un equipo que mantenía a Felipe Reyes, Sergio Llul o Ante Tomic como jugadores destacados.

Sin embargo, la semifinal de la Supercopa celebrada el 24 de septiembre pareció despertar a Messina de su sueño. La pesadilla se volvió a vestir de azulgrana para endosar un histórico 89-55 al Madrid. Desde entonces, la historia parecía haber cambiado. El Madrid olvidó su traspiés y se encaramó al frente de la Liga, incluso ganó al Caja Laboral en el Buesa Arena con una remontada final de mucho mérito.

En el Barça la temporada no acababa de arrancar. Estaba entre los tres primeros de la Liga, no corría peligro su clasificación para el Top 16, pero las continuas lesiones parecían lastrar el rendimiento de los de Xavi Pascual. Con Basile sin pisar la cancha este año, Mickeal entrando en quirófano y Navarro entre algodones, todo ello sin contar contratiempos temporales de Lakovic y Lorbek, la llegada primero de Ingles y después de Anderson no eran más que parches incapaces de taponar una herida demasiado profunda. Si a todo ello unimos que el Madrid venía de líder, todo apuntaba a un cambio de tendencia en los derbys.


Este partido ya lo he visto



Basto ver los primeros minutos del partido para saber cómo iba a terminar el mismo. El Palau volvió a disfrutar de otra paliza a su archienemigo. Grimau, con 6/6 en tiros de dos puntos, unió efectividad a su incansable entrega, es el Puyol del baloncesto. Lorbek, que bueno es Erazem, el esloveno de sangre de orchata demostró su talento para este deporte. Lakovic dió destellos de aquel triplista que amenazaba Europa. Además, por su fuera poco, Navarro sólo falló un tiro de dos, de los ocho que intentó. Menos mal, dirán los madridistas, que falló los seis triples que intentó. Pobre consuelo.

En el otro lado del campo encontramos un equipo que volvió a achicarse. Sinceramente no lo entiendo. Es un gran club, tienen el talento suficiente para competir con cualquier escuadra de Europa, con un entrenador que lo ha ganado todo, al estilo Mourinho, pero es enfrentarse al Barça y las cosas casi nunca funcionan. Este partido no sería precisamente la excepción.


Sólo Fischer, Tucker, Reyes y Rodríguez demostraron coraje e incluso consiguieron limar diferencias en un marcador que volvió a ser muy doloroso. Si no es por ellos, los 20 puntos de diferencia al final podían haberse convertido en muchos más.

El año pasado el Barça ganó siete veces al Madrid y los blancos sólo celebraron un triunfo. La mayoría de estos partidos acabaron de paliza de los azulgranas. Este año, tras varios fichajes ilusionantes del proyecto de Florentino, la historia no parece modificarse un ápice. Dos encuentros, dos palizas, dos derrotas.

Lo que es peor es la triste sensación instalada en los aficionados blancos que sienten cómo por muy bien que lleguen al partido, por muchas bajas que tenga Xavi Pascual y por muy favorables que sean las apuestas, la victoria no sólo les será esquiva, sino que su rival les pasará por encima. El Madrid no puede continuar con este complejo de inferioridad en el deporte de la canasta, primero porque su historia se lo impide y, segundo, porque su plantilla no está pensada para ser humillada de dos a cuatro veces al año.

Otras visiones del clásico:

- Messina y Perovic analizan el partido.
- Jesús Sanchez, Marca, opina sobre el encuentro.

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